«Amigo traidorcillo, más hiere que un cuchillo», «En casa de herrero, cuchillo de palo». ¡Cuánto saber esconde nuestro refranero! ¿Qué más refranes conocéis sobre cuchillos? Pues mientras seguís pensando y nos lo contáis en los comentarios, os vamos a contar la historia y curiosidades de este utensilio que lleva con nosotros… ¡toda la vida!
Lleva usándose como herramienta o como arma desde tiempos inmemoriales. Hay restos arqueológicos y evidencias científicas de que existían al menos hace dos millones y medio de años. Al principio fueron de piedra, bien afilada por uno o ambos lados de la hoja. Después, con el descubrimiento de los metales, el hombre comenzó a fabricar cuchillos cada vez más sofisticados y que se adaptaban mejor a las necesidades de caza, combate o sencillamente cocina.
Desde luego que ha sido un instrumento esencial para la supervivencia del ser humano y en muchas culturas tiene una simbología especial y forma parte de algunos rituales. Por ejemplo, en algunas sociedades se colocaba junto a las cunas de los recién nacidos como amuleto de protección. También se han hallado cuchillos en numerosas tumbas de civilizaciones anteriores, que fueron colocados allí con la idea de que el difunto pudiera defenderse en la otra vida.
¡Pero no todos los cuchillos son tan puntiaguados! Hay quien dice que los cuchillos de punta redondeada fueron creados para evitar asesinatos. Pero otros cuentan que fue el Cardenal Richelieu quien lo impuso en las mesas de la corte francesa del siglo XVII porque estaba harto de ver a sus comensales utilizar la punta como mondadientes o instrumento de manicura.
Hoy en día, lo más frecuente es que las hojas se fabriquen en acero inoxidable, mucho más práctico que el acero forjado que antaño tanto se oxidaba. El problema del actual material es que requiere afiliación con bastante frecuencia, salvo que sean de acero damasquino, más caro y de mayor prestigio internacional. Para el mango,