En este post te traemos 3 trucos infalibles en la cocina que utilizamos habitualmente y que nunca te habíamos contado ¿Continúas leyendo y nos dejas tu opinión sobre ellos?
Pelar o quitar el pellejo a los garbanzos:
¿Alguien por casa que no le guste la piel de las legumbres? Te enseñamos un truco que empleamos mucho para hacer que la piel de la legumbre caiga de manera fácil.
- Los garbanzos tienen que estar cocidos, pasamos por agua fría y escurrimos.
- Los pondremos en un bol de cristal y añadiremos bicarbonato, en torno a una cucharadita.
- A continuación calentamos un poco la mezcla, bien a fuego lento en un recipiente de cocción o bien en el microondas.
- Por último ve frotándolos con las manos y verás como la piel va desapareciendo.
¡No llores! Corta cebollas con alegría:
Existen numerosos trucos para cortar las cebollas sin llorar pero es cierto que algunos funcionan en unas personas y no en otras, por eos te dejamos aquí unos cuantos para que pruebes cuál es el tuyo:
- Meter la cebolla en el congelador para que se enfríe unos minutos antes.
- Mojar con agua la cebolla antes de cortar.
- Enfriar el cuchillo con el que vas a cortar previamente en el congelador.
- Si tienes un extractor o “campana” prueba a cortar la cebolla con ello encendido y cerca del aparato para que absorba los gases emitidos por el alimento.
Granizados sin usar picadora:
Sin necesidad de picadora también puedes hacer granizados bieeen fresquitos y con “hielo”. El truco es muy sencillo y sólo necesitas una bolsa de congelar con zip pequeña o mediana:
- Llena la bolsa con agua hasta la mitad y haz “zip”.
- Para conservar el sabor del granizado, utiliza mejor agua embotellada.
- Coloca la bolsa sobre un plato o superficie plana y mételo al congelador una media hora (el tiempo dependerá de la potencia de cada congelador).
- Controla cada 20/30 minutos la bolsa, tocándola, debe quedar como una masa de hielo semidura, es decir, ni blanda como gel o agua, ni tan dura como un hielo.
- Una vez que la masa de agua esté semi congelada, sácala del congelador y en el mismo recipiente plano, aplasta con un rodillo picando el bloque de hiello que se habrá formado.
- Incorpora de nuevo al congelador unos minutos para coger de nuevo la consistencia que haya podido perder en el proceso.
- Saca la bolsa y ¡voilà! Tienes trocitos de hielo para incorporar a esa limonada tan rica y que quede como un granizado.
Cuéntanos en comentarios si te sabías alguno de estos trucos 😉